Aunque con retraso aquí estamos, vamos a contar cómo fue el domingo de nuestro proyecto europeo en Villaverde. Después de la excursión del sábado, no se madrugó pero hicimos un extraordinario taller de construcción de instrumentos musicales. Primero fue Daniel Martín el que nos enseñó a fabricar un cajón flamenco y todo ello con materiales que no llegan a los 20 euros: manualidades y música aunados. Dani es ya un experto en estas lides, de hecho hace un año y medio impartió un taller de similares características en la Asociación de Vecinos Los Rosales, ahora lo hizo en plan express para el grupo de Inclusive Toolbox.
Después llegó Rosa y con una impresionante maña mezclada con paciencia construyó un pandero cuadrado, instrumento musical antiquísimo y que, posiblemente, llegó a España gracias a la expansión musulmana. Después de la construcción vino el ritmo y enseñó algunos a los que allí estábamos.
Luego la comida y en los postres la entrega de los certificados acreditativos de haber hecho el curso: aplausos, risas y, como era habitual, muy buen rollo.
La tarde quedó libre para visitar la ciudad, desde la Asociación organizamos una ruta por el Madrid de los Austrias que hizo las delicias sobre todo a la colonia portuguesa.
Luego la comida y en los postres la entrega de los certificados acreditativos de haber hecho el curso: aplausos, risas y, como era habitual, muy buen rollo.
La tarde quedó libre para visitar la ciudad, desde la Asociación organizamos una ruta por el Madrid de los Austrias que hizo las delicias sobre todo a la colonia portuguesa.
Por último, la cena final... en la Plaza de Santa Ana y de nuevo risas, magia, complicidad... y tristeza en el sprint final. Todo acaba.
Gracias a las personas que han colaborado en estos maravillosos días: Jorge, Olalla, Daniel Peces, Pitu, Choni, Juan, Rosa, al conductor del autobús... a Dani Martín por coordinar la actividad como nadie, a Mónica porque siempre está ahí, a Yolanda y al resto de gente de la Asociación. Gracias al grupo de mujeres EntreNosotras, encabezado por Susana y Leticia, por ser el alma del barrio en estos días (lo han sido y lo siguen siendo). Gracias a Toñi, directora del Centro Cultural, quien apoyó la actividad, gracias a la Junta de Villaverde (ya saben allí que tenemos por costumbre dar caña, pero cuando hay que agradecer las cosas se agradecen) que no puso peros y nos felicitó por el trabajo realizado. Y, sobre todo, gracias a Lucia, Giada, Alina, Georgeta, Artur, Agniesrka, Katarzyna, Claudina, Rafaela, Rita, Elisângela, Ilda y Gracinda. Ha sido un placer.
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