1 de Mayo: la fiesta vuelve a ser reivindicación

Cartel de CCOO anunciando la manifestación de mañana

Desde que en 1889 el Congreso Obrero Socialista, que formaba parte de la Segunda Internacional, adoptó el día 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo, muchos cambios ha habido a la hora de celebrar esta jornada que ha pasado por ser un día a caballo entre lo festivo y lo reivindicativo.

UGT: Trabajo, Dignidad, Derechos

Entonces se eligió esa fecha para homenajear a los llamados "mártires de Chicago", un grupo de sindicalistas de tendencia anarquista que fueron ejecutados en Estados Unidos por promover actos a favor de la jornada laboral de 8 horas como una huelga iniciada el 1 de mayo de 1886. Es curioso pero el país donde tuvo lugar el terrible acontecimiento no celebra el día, ya que EE.UU. lo deja para el primer lunes de septiembre, el miedo a que el movimiento obrero y socialista se viera fortalecido hizo que el presidente Grover Cleveland apoyara la fecha alternativa.

CGT: Ni rendirse ni pactar.

En este año los diversos movimientos sindicales de nuestro país entienden que este año el Día Internacional del Trabajo tiene que ser más reivindicativo que nunca, puesto que las medidas de recorte en servicios y derechos que están teniendo lugar en las últimas fechas ponen en riesgo los avances sociales logrados durante más de un siglo.

El acto más multitudinario será la manifestación que organizan los sindicatos UGT y CCOO en Madrid, y que recorrerá el trayecto desde Neptuno a Sol a partir de las 12 de la mañana.

CNT: ¡Seguimos en Lucha!

Otras centrales sindicales proponen actos alternativos aunque coinciden en la hora: la CGT desde la estación de Delicias a Atocha, la CNT desde el metro de Valdeacederas a Cuatro Caminos y  USO desde la calle Alcalá al Parque Eva Perón.

En general hay una visión común en la mayoría de las propuestas: la crisis económica que vivimos no puede ser la excusa para reducir derechos laborales y sociales, en ese sentido la recientemente aprobada Reforma Laboral es objeto de algunas de las mayores críticas del movimiento sindical de un país en el que ya hay más de 5,6 millones de personas que no tienen empleo.