"Cocedero de gambas" "bibliosauna"... esas son algunas de las definiciones que los usuarios de la biblioteca pública María Moliner utilizan para explicar la situación actual del centro. Desde hace más de una semana no funciona el aire acondicionado lo que implica que las temperaturas que se alcanzan llegan a los 36 grados. Esto ya ocurrió en el pasado verano y ahora lo vuelven a padecer los usuarios y trabajadores de una biblioteca que es la única pública de todo el distrito de Villaverde.
La situación es especialmente grave en la planta superior donde los amplios ventanales, que parece que no se pueden abrir, provocan que las temperaturas aún aumenten más. En la planta baja, donde está recepción, se dejan las puertas abiertas para que la corriente haga menos desagradable la situación.
En estos días la asistencia a la biblioteca no es muy alta, pero conforme vaya pasando el mes de agosto y se acerquen los exámenes de septiembre aumentará el número de personas, si la situación se mantiene el ambiente será irrespirable y, por tanto, será imposible estudiar.
Varios vecinos y usuarios han expuesto su queja por escrito, lo mismo que hará la Asociación de Vecinos Los Rosales.
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